Mis prácticas están llegando a su final, y me llevo una experiencia traducida en entender mucho mejor al alumno con TDAH, saber qué siente, cómo se comporta, que atención específica necesita… puesto que muchas veces, hablando como docente, no dedicamos la atención individualizada qué niños con estos trastornos necesitan.
Estos niños siguen siendo unos incomprendidos, y desde la evaluación e intervención psicopedagógica se busca dar una explicación a los problemas de aprendizaje, ya que sin estar perjudicada la inteligencia, les afecta al rendimiento académico; además como toda reacción natural ante el fracaso sin explicación aparente es tirar la toalla.
Mucha gente ve a estos niños como “vagos”, “nerviosos”, “desastres” y sus compañeros los catalogan de “tontos”, “payasos” y hay casos extremos (habando desde la experiencia de uno de los casos trabajados) “como el bufón del colegio”. Esto afecta a su autoestima, especialmente si tienen cambios emocionales destacados; todo esto acaba moldeando la imagen del propio afectado, perdiendo la confianza en sí mismo, la motivación por el estudio e incluso provocar un retraso académico. Especialmente entre los niños que empiezan el tratamiento, les cuesta mucho sentarse correctamente, y prestar atención durante mucho tiempo a la misma actividad, son niños que en el colegio muestra dificultades desde el principio debido al trastorno.
Hay tres factores especialmente a tener en cuenta que potencian la baja autoestima de los niños con TDAH: tareas con exigencias demasiado elevadas que aumentan la sensación de frustración y fracaso, reforzar continuamente los comportamientos no deseados y no reforzar los comportamientos adecuados o los éxitos por considerarlos dentro de la normalidad. El niño siempre se valora en función de cómo es valorado. Un niño con autoestima alta se siente bien con el mismo “capaz, confía en él mismo, productivo, seguro y contento”, en cambio si la autoestima es baja, se siente mal consigo mismo “no afronta retos, es infeliz y hace infeliz a las personas que le rodean”, pudiendo todo esto llevarle al fracaso seguro.
La asociación deja claro que no se puede hablar de TDAH cuando la falta de atención, impulsividad e inquietud son el resultado de: situaciones socioeconómicas, nivel cultural o idioma, eventos familiares importantes, reacciones postraumáticas, frustración académica, trastornos emocionales o físicos, consumo de tóxicos o enfermedad médica.
Ha sido muy interesante asistir a la realización de diagnósticos, esta herramienta ofrece a los padres y profesionales que trabajarán con el niño la información necesaria para conocer qué se puede esperar de él/ella y cómo se le ha de ayudar; hay que verlo cómo ¿Qué puedo hacer para ayudarle?
El tratamiento es multimodal, esto quiere decir que las propuestas de tratamiento son diferentes en función de las dificultades del niño y de cómo afecte el trastorno en su vida cuotidiana. Estos podrían ser los siguientes componentes posibles para un tratamiento, siempre dependiendo del diagnóstico:
· Padres: tratamiento Cognitivo-conductual basado en dar información sobre el TDAH y en entrenamiento en pautas educativas y en estrategias de interacción-comunicación.
· Niño o adolescente: farmacológico (si el neuropediatra lo cree conveniente), conductual (registros, pactos y contingencias), cognitivo-conductual: técnicas de autocontrol de la impulsividad, favorecer la socialización y reeducación con el psicopedagogo.
· Escuela: conocimiento del trastorno, adecuaciones, refuerzo y formar equipo padres-maestro-niño.
Algunos de las dificultades de aprendizaje más comunes que presentan son (no se da en todos los casos): la disgrafía (trazo gráfico), la distografía (errores gramaticales), dislexia, retraso lector, discalculia (cálculo aritmético, resolución de problemas, cálculo y operaciones)
El TDAH se manifiesta en las dificultades que tiene la persona para controlar su conducta, presentando problemas de atención, déficit en el control del impulso o inhibición y excesiva actividad. A esto se añaden otros dos problemas: la dificultad para seguir las normas e instrucciones y una excesiva variabilidad en sus respuestas a las situaciones, particularmente en el trabajo. Los niños con TDAH están constantemente “fuera de la tarea” y se distraen con una enorme facilidad. Tienen dificultad para seguir las normas e instrucciones. El exceso de actividad que despliegan molesta al resto de los compañeros.
Objetivos propuestos
Respecto a los objetivos planificados, se han cumplido en su mayoría:
- FASE 1: Planificación
En esta fase, finalmente he modificado el número de horas que planteé en el proyecto, han sido 4 horas las que he dedicado a conocer los instrumentos y materiales utilizados para obtener información, además e planificar el horario de prácticas según las actividades a realizar. Hablé con el personal involucrado en la asociación y a lo largo de las prácticas he podido conocer a las distintas familias.
En esta fase primera frase he podido aprovechar para escuchar las impresiones de la psicóloga y conocer exactamente que se trabaja en cada taller:
· Habilidades sociales: control de impulsividad, expresar emociones y sentimientos, aceptar y rechazar críticas, juegos cooperativos, mejorar la autoestima, resolución de problemas y habilidades de conversación.
· Técnicas de estudio: planificación, condiciones físicas, atención, concentración, sugerencias y normas para mejorar el estudio, como estudiar (lecturas, memorizar, resumir), motivación al estudio, etc.
· Lecto escritura: prevenir y corregir las dificultades de aprendizaje de la lecto escritura, dislexia y sus retrasos lectores, errores en la lectura (rotaciones, confusión de letras, omisión), comprensión y entrenamiento en descifrar instrucciones escritas y discalculia (pasos para resolver un problema matemático).
· Escuela de padres: ayudar a identificar y conducir, manejar o afrontar emociones; expresar dudas, preocupaciones y hacerlo partícipe con otros padres; conseguir que sus hijos sientan emociones positivas y plenas ayudados por sus padres.
El problema que he encontrado aquí es que hay padres que están sufriendo de verdad, puesto que algunos
hay veces que son rechazados en el colegio, incluso por compañeros de otros cursos y otro caso es la
dificultad que muchas veces presentan para las relaciones sociales, aunque pueda parecer que inicie una
después no siempre la saben mantener, debido a la impulsividad.
- FASE 2: Intervención
El primer paso de la intervención es la realización de una evaluación psicológica profesional, es necesario tener clara la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo. Esta valoración es clave para saber que tratamiento es el más adecuado para seguir por parte del alumno y precisar la conveniencia de participar en talleres. Los diagnósticos son siempre individuales, los niños que llegan nuevos a la asociación, tras mantener sus padres la primera reunión con la psicóloga, cogen turno para empezar con esa valoración psicopedagógica. He tenido la oportunidad de poder ver muchos casos, de distinta edad y tipo.
Con los niños que acuden semanalmente a la asociación a trabajar en los talleres, he podido aprender muchísimo, te das cuenta que la psicóloga puede preparar una sesión, pero si alguno ha tenido un problema en el colegio o se siente más inquieto de lo normal, es necesario modificar la sesión, una buena técnica es empezar con juegos cooperativos, puesto que trabajas de una forma más dinámica, pero sabes que les estás ayudando, y una vez más tranquilo y confiado, ayudarle a resolver ese conflicto.
Hay veces que empiezan llamando la atención con tonterías, o molestan a otro compañero del taller para que se comporte mal, arrugan la ficha si no les prestas toda la atención que quieren; pero el trabajo de la psicóloga me ha parecido magnífico, puesto que sabe manejarse muy bien ante estas situaciones (algunas de ellas las he escrito en alguna de mis entradas) y finalmente el niño acaba cediendo y trabajando, aunque sea con la hoja arrugada.
- FASE 3: Análisis
Se hace un registro de sesiones de los talleres, se archiva todo el trabajo que cada niño realiza, con el fin de mantener reuniones con los padres e ir explicándoles los avances y en que necesita ser reforzado en casa. El problema es que no siempre se siente igual, son fácilmente vulnerables y les afecta mucho lo que pasa a su alrededor.
En caso de ser un caso de diagnóstico, se redacta un informe con toda la información obtenida y se especifica el tratamiento a seguir. Se mantiene una reunió con los padres para la entrega del diagnóstico y se marcan las pautas a seguir.
En uno de los talleres, me llamó la atención el caso de un niño, tenían una ficha con productos alimenticios, su precio e indicaba las unidades, si era un pack, una docena… y a continuación una batería de preguntas, la ficha bien organizada con la información clara. Una de las preguntas decía: ¿Qué producto se vende en docenas? Ponía claramente los huevos, pues tras 10 minutos pensando le fue imposible detectarlo. Este mismo chico, de 5º de primaria, al observar los precios dijo que el café era el producto más barato porque valía 2, y en cambio era el más caro valía 2 euros, y según el productos que valían 50 céntimos eran más caros, simplemente porque el número era mayor, con esto te das cuenta de las dificultades que a veces pueden llegar a tener para la resolución de problemas, pensar un sencillo dato y especialmente para plasmar lo que han estudiado en un examen.
Estas vacaciones la psicóloga me ha ofrecido acudir a unos cursos de formación del TDAH, que se organizan en Valencia, así que espero poder aprender mucho más sobre este trastorno.